Numerosos grupos de investigación en todo el mundo avanzan cada día en la ciencia para ralentizar o detener el envejecimiento

Qué es el envejecimiento

Por otro lado, están algunos factores existentes desde hace menos de un siglo y que son el producto del desarrollo de nuestra civilización: antibióticos de amplio espectro, fármacos de uso común como los anti-inflamatorios o anti-ácidos, edulcorantes y productos “light”, disruptores hormonales, alimentos modificados genéticamente y luz azul que impactan negativamente en nuestro sistema inmune, nuestro microbioma intestinal y nuestra regulación metabólica-hormonal.

Asociamos que en general el paso del tiempo lleve implícito el deterioro de nuestras capacidades y la aparición de enfermedades, pero esto no tiene porqué ser así o al menos no en la magnitud en la que se aprecia en el mundo occidental en la actualidad. Cuanto mayor es el desarrollo de algunos países, mayor es el porcentaje de enfermedades crónicas como la diabetes, la hipertensión o la incidencia de obesidad invalidante. Es sorprendente el altísimo número de personas mayores con polimedicación y con sus capacidades disminuidas en tal grado que necesitan ayuda para las actividades básicas de la vida diaria. Sólo en Estados Unidos un tercio de la población acaba por padecer hipertensión y/o diabetes; existen más de 5 millones de personas con demencia degenerativa de algún tipo y una persona de cada tres desarrolla algún tipo de cáncer. Si miramos al pasado de nuestra especie, la situación era muy diferente a la actual. Según las investigaciones paleopatológicas, en la prehistoria este tipo de enfermedades afectaban en menos de la décima parte de los porcentajes actuales a las personas de edad avanzada.

Algunos de los procesos biológicos que tienen lugar en el interior de las células se conocen como huellas del envejecimiento. Esas huellas del envejecimiento son diferentes en cada persona. Individuos con la misma edad cronológica pueden tener diferente edad biológica, es decir, en sus organismos se ha producido una evolución diferente de esas huellas del envejecimiento.

La investigación apunta a que es esta edad biológica la que mejor puede predecir cuántos años vamos a vivir y, sobre todo, cómo va a ser nuestra vejez en cuanto a enfermedades y deterioro y conservación de la funcionalidad orgánica.

La buena noticia es que no hay ninguna ley natural que obligue a estos procesos a avanzar en una dirección determinada. Existen seres conocidos por su enorme longevidad, como las tortugas, y otros de los que, desde el punto de vista biológico, podríamos decir que son inmortales porque no se producen en ellos esos procesos de deterioro orgánico.

Esto quiere decir que no hay ninguna ley natural que impida que el envejecimiento se detenga o, incluso, pueda revertirse. De hecho existen ya numerosas investigaciones que han logrado precisamente esto.

En el caso de los seres humanos, y el resto de los mamíferos, es el proceso biológico degenerativo que se produce con la edad lo que está detrás de la aparición de muchas enfermedades que son el producto del deterioro de nuestros órganos. Entre esas enfermedades están las insuficiencias cardiacas, la diabetes y el resto de patologías metabólicas, el deterioro cognitivo o el cáncer.

Las nuevas tendencias terapéuticas proponen un modelo diferente de intervención, en vez de tratar por separado cada uno de los síntomas del envejecimiento que son estas enfermedades, hacer un abordaje que vaya a la raíz: modificar algunos de estos procesos biológicos a los que llamamos envejecimiento y para lo que ya existe el conocimiento científico necesario.

Esos procesos biológicos conocidos como huellas del envejecimiento son:

1

Inestabilidad genómica

2

Desgaste de los telómeros

3

Alteraciones epigenéticas

4

Pérdida de la proteostasis

5

Desregulación de la macroautofagia

6

Desregulación de la detección monitorización y procesado metabólico de los nutrientes

7

Disfunción mitocondrial

8

Senescencia celular

9

Agotamiento de las células madre

10

Alteración de la comunicación intercelular

11

Inflamación crónica

12

Disbiosis de la flora bacteriana



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